Un meteoroide es un cuerpo celeste pequeño (desde un centenar de micras hasta unas decenas de metros) que orbita alrededor del Sol. La mayoría de los meteoroides son fragmentos de cometas y asteroides, aunque también pueden ser rocas de satélites o planetas que han sido eyectadas en grandes impactos. Cuando entra en la atmosfera de un planeta, el meteoroide se calienta y se vaporiza parcial o completamente. El gas que queda en la trayectoria seguida por el meteoroide se ioniza y brilla. El rastro de vapor brillante se llama técnicamente meteoro aunque su nombre común es estrella fugaz. Se denominan bólidos aquellos meteoros cuya luminosidad es superior a -4 (la del Planeta Venus). De aquellos bólidos de luminosidad muy superior a la de la Luna, los superbólidos, pueden sobrevivir fragmentos que al llegar al suelo se denominan meteoritos. La actual definición de meteoroide fue establecida por la Unión Astronómica Internacional (IAU) en su XI Asamblea General (1961):
"Un objeto sólido que se mueve en el espacio interplanetario, de un tamaño considerablemente más pequeño que un asteroide y considerablemente más grande que un átomo o molécula.
Como resultado del progreso inexorable de la instrumentación, esta definición ahora se juzga inaceptablemente vaga por su ambigüedad. La definición más común se propuso en 1995 [1] y determina que el tamaño de los meteoroides debe estar en un rango entre 100 µm y 10 m de amplitud. Cualquier cuerpo celeste mayor se considera un asteroide, y cualquiera más pequeño se considera polvo interplanetario. La mayoría de los meteoritos terrestres, excepto los metálicos de grandes dimensiones, proceden de meteoroides.
LLUVIA DE METEOROS
Cuando un cometa pasa por el interior del Sistema Solar, la interacción con el viento solar hace que su superficie se active. Los gases y materiales de la superficie del cometa salen despedidos al espacio, y pasan a orbitar al Sol en órbitas muy similares a las de su cometa de origen. Así se forma una corriente o anillo de partículas, denominado técnicamente enjambre de meteoros. La órbita terrestre cruza algunos enjambres de cometas de periodo corto, produciendo lluvias de meteoros anuales, como las Leónidas o las Perseidas. Cuando la actividad de una lluvia de meteoros sobrepasa los 1000 meteoros por hora, se la denomina tormenta de meteoros.
Se cree que algunos asteroides pueden ser cometas exhaustos, es decir, cometas que han perdido todos sus elementos volátiles. Por eso, alguno de estos fenómenos tienen a asteroides como cuerpo progenitor. Es el caso de las Gemínidas que se encuentran en la órbita del asteroide (3200) Phaento.
Al entrar un meteoro en la atmósfera terrestre, se observa un trazo luminoso llamado estrella fugaz o meteoro. Este efecto luminoso está producido por la ionización de la atmósfera que genera la partícula. La mayor parte de meteoros tienen el tamaño de granos de arena y se desintegran a unos 80 o 100 kilómetros de altura. Algunos con masa mayor llegan a tener un brillo considerable, y se los denomina bólidos (en inglés, fireballs). Sólo cuando los meteoroides poseen una masa considerable pueden atraversar la atmósfera por completo hasta llegar a la superficie. Estos meteoroides pasan a recibir la denominación de meteoritos.
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